Una buen postura tanto estática como dinámica es fundamental para el buen funcionamiento del cuerpo y para economizar la energía del cuerpo al realizar actividad física.
Un corredor que mantiene una buena postura puede ser más resistente, ágil, coordinado y equilibrado.
A continuación te contamos algunos pasos que debes seguir si sabes que tu postura no es la correcta.
Realiza ejercicios educativos: los trabajos de pasadas vigilados por un entrenador pueden ayudarte a corregir la postura del tronco, la cabeza y los brazos.
La mejor opción es que hagas este tipo de entrenamiento en una pista para que puedas ser corregido por tu profesor.
Ser fotografiado también puede ayudarte para ver cuál es tu error al correr.
No olvides los estiramientos: debes hacerlos antes y después de correr para mejorar la flexibilidad muscular.
La falta de elongación puede desencadenar acortamientos musculares.
Aunque el corredor tenga una buena postura, por falta de flexibilidad pueden sobrecargarse los músculos, generar dolor, contracturas y perjudicar el rendimiento.
Falta de fortalecimiento: la falta de fuerza muscular puede perjudicar mucho tu postura corporal. Sobre todo la posición de tu columna.
Por ejemplo, los trabajos de abdominales y espinales te ayudan a mantener erguida tu columna.
Una musculatura débil no tiene la fuerza necesaria para mantener, proteger y sostener los huesos en su lugar.
Complementa con ejercicios posturales: actividades como el yoga o la natación terapéutica tienen como objetivo realizar trabajos de elongación y postura.
Agregar esta actividad semanalmente puede servirte para aprender sobre cómo debes estirar y cómo debe ser tu postura corporal en la vida diaria y al practicar deporte.
-ADN de Atletas-