Un viejo, sencillo y efectivo artilugio puede ayudarte a darte muchísimo a la hora de descansar tu pies y dejarlos impecables para tus próximos entrenamientos.
¿Cuál es? La botellita de agua.
Llena un envase de plástico con agua y ponlo a congelar.
Una vez que esté lista, colócala debajo de tus pies descalzos, moviéndolos hacia adelante y hacia atrás, haciendo presión especialmente en el arco del pie.
Allí en la planta del pie se aloja la fascia plantar, que es una banda de tejido muy parecida a un tendón. Con los entrenamientos, esta zona suele inflamarse y con la acumulación de kilómetros provoca dolor.
Si cubres tus pies con medias, evitarás que el frío extremo lastime tu piel o te haga cosquillas, y estarás más cómodo para realizar estos masajes.
Los masajes que tu mismo te des con esta simple botella de agua ayudará en la recuperación de tus pies y además puedes hacerlo mientras miras la televisión o estás en la computadora.
No te llevará más de 10 a 15 minutos por sesión.
Tómalo como hábito, cuantos días a la semana puedas, y notarás los resultados.
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-ADN de Atletas-