Con dos partidos en esta Copa del Mundo ya se pueden observar algunas cuestiones de los Pumas que lo hacen un equipo con capacidad para superar partidos difíciles
Hace ocho años en el Mundial de rugby de Francia 2007, Argentina le ganaba a Georgia por 25 a 3 con un try sobre la hora de Federico Aramburu que le dio un vital punto bonus al equipo de Loffreda en ese entonces.
Cuatro años más tarde el destino hizo que vuelvan a jugar en los grupos y los Pumas volvieron a ganarle a los Lelos por 25 a 7, esta vez sin bonus try y finalmente este viernes, se dio el tercer partido seguido en mundiales pero con una realidad diferente, goleada 54 a 9 y una diferencia abrumadora en el segundo tiempo.
Lo dijo el entrenador georgiano cuando terminó el partido “están a otro nivel” y eso es lo que logró Argentina en este proceso con Daniel Hourcade. Ahora es un equipo instalado en el primer nivel mundial que ante rivales inferiores como Georgia evidencia su poderío aunque no es fácil porque el primer tiempo fue 14 a 9 con un juego trabado, sin ideas y sobretodo, sin juego.
40 puntos en el complemento con tries de Imhoff por dos, Cordero por dos, Lavanini, Landajo y Cubelli le dieron un gran triunfo a Argentina que ahora se prepara para jugar con Tonga en ocho días y luego una semana más tarde contra Namibia para concretar su pase a cuartos de final.
La derrota con los All Blacks dejó una buena sensación que se terminó de completar ayer ante los europeos. Las variantes en ataque que tiene el equipo nunca un equipo argentino de rugby las tuvo. Siempre hay alguno que puede desequilibrar y da la sensación que a muchos jugadores este Mundial les llega en el punto justo.
El segundo tiempo de ayer fue un concierto de rugby que ilusiona para lo que viene.
-ADN de Atletas-