Cada vez es más frecuente que las grandes marcas presenten conceptos de bicicletas que, en la mayoría de los casos, nunca llegarán a producirse en serie, pero donde se muestra la capacidad creativa de los responsables de la innovación en el sector del ciclismo
La evolución de la bicicleta en la última década ha sido tan importante como la acontecida casi en los 100 años anteriores, encontrándonos en la actualidad con modelos que pesan menos de la mitad de los que se fabricaban en la década de los 90, donde la electrónica y los materiales aeroespaciales (carbono, titanio…) han ocupado las posiciones dominantes en la confección de componentes y la investigación en capítulos como el de diseño y aerodinámica parecen no tener fin.
Mucho más que un deporte
Tras las repetidas crisis del petróleo, la racionalización del transporte para el futuro y el crecimiento de una conciencia medioambiental evolutiva, la bicicleta, mucho más lejos de considerarse como un útil deportivo, pasa a ser una de las opciones que más apuestas recibe para solucionar los retos del transporte de personas en el futuro; no es de estrañar que, asociada a la electrónica y la informática, nos sorprenda con soluciones como la que mostramos a continuación que, aunque despierte la crítica de los sectores más radicales que apuestan por la sencillez de este vehículo, no dejan de suponer un cúmulo de soluciones indiscutibles de las cuales alguna podría pasar a utilizarse en la fabricación de las bicicletas de un futuro inmediato.
Ha sido el director creativo de la marca de la S rasgada, Robert Eggerl, quien ha trabajado en esta bicicleta conceptual llamada Eff You See Eye o, del que se está difundiendo el acrónimo "fUCI".
En realidad se trata de un quiebro que hace este ingeniero a las estrictas normas que impone la UCI, a la hora de homologar cualquier innovación que atañe a las bicicletas emnpleadas en competición. Eggerl, con un acentuado comportamiento transgresor utiliza ruedas de diferentes diámetro, aditamentos aerodinámicos y electrónica, mucha electrónica, hasta el punto de haber llegado a desarrollar una bicicleta con pedaleo asistido pero, a difrencia de los que ya existe en el mercado, el objetivo es el de ofrecer un modelo recreacional en el que el usuario pudiera desarrollar el máximo nivel de eficiencia posible.
La rueda posterior es de 33.3 pulgadas, lo que ayuda a los ciclistas a alcanzar velocidades altas con facilidad y motor eléctrico en el sistema de tracción, para que los usuarios gasten la energía mínima al arrancar o al cambiar de ritmo.
El motor está alojado dentro del buje y sólo funciona hasta que la bicicleta ha logrado una velocidad estable, es una especie de turbo, pero la energía final con la que se logra el desplazamiento neto procede del ciclista: este pequeño motor acelera la rueda trasera para dar potencia al impulso de arranque después de una luz roja en un semáforo, por ejemplo, o al realizar un giro cerrado y afrontar una fuerte rampa a continuación. La idea es la de poder mantener una velocidad lo más estable posible, pero sin que intervenga en el pedaleo lineal al 100%.
La fUCI incorpora una batería de litio que se puede quitar y, además de nutrir el pequeño motor de ayuda sirve para cargar el teléfono móvil, que se inserta en una capilla del manillar y puede controlar todas las funciones de esta bicicleta.
Y para darle la maryor utilidad a los propios elementos aerodinámicos, se ha construido una pequeña guantera utilizando la calota que conforma la parte posterior del sillín.
Posiblemente este sea el arquetipo de bicicleta que a todos vosotros os gustaría probar a fondo, pero que no estaría dentro de vuestra filosofía de compra.
-ADN de Atletas-