El Luifa es -junto a Andrés Nocioni- el único de los sobrevivientes de la Generación Dorada del básquet que participa en el Preolímpico de México. Este martes tuvo una actuación descomunal en la victoria frente a Canadá, demostrando que los años no le pesan
Un 30 de abril, pero de 1980, nacía Luis Scola en el barrio porteño de Floresta, uno de los mejores basquetbolistas argentinos de toda la historia.
Su periplo en este deporte siguió en España -jugó en el Gijón Balonces y Tau Cerámica- y en 2007 llegó a la poderosa NBA para desempeñarse en los Houston Rockets. Al mismo tiempo que se lucía en la liga más importante del mundo, Scola también descollaba en la selección nacional, donde era parte de la Generación Dorada.
Con la camiseta albiceleste ganó tres medallas de oro (Juegos Olímpicos de Atenas 2004, Torneos de las Américas 2001 y 2011), tres de plata (Mundial 2002, Torneo de las Américas 2003 y 2007) y cuatro de bronce (Juegos Olímpicos de Beijing 2008, Torneo de las Américas 1999, 2009 y 2013).
Ahora, sólo él y Andrés Nocioni quedan de esa época única de nuestro básquet, que tuvo como principal abanderado a Emanuel Ginóbili. Ellos dos son los referentes del equipo argentino que se encuentra disputando el Preolímpico en México, que este martes consiguió un resonante triunfo ante Canadá (94-87), que cuenta con nueve hombres que juegan en la NBA.
Y Luis fue la principal figura de la Argentina con una actuación extraordinaria que incluyó 35 puntos, trece rebotes, dos asistencias y dos robos, en los casi 34 minutos que permaneció en el rectángulo de juego.
Luego del cotejo, con la humildad que lo caracteriza expresó: “Jugamos bien tanto en la victoria contra Puerto Rico como ante Canadá. Este equipo tiene potencial, pero teníamos dudas respecto de cómo podía reaccionar ante la gran competencia”. Y agregó: “Los chicos demostraron que están a la altura, aunque todavía falta mucho. Hay errores por corregir, pero no son de gran magnitud. Son fácilmente corregibles”.
Scola recalcó que para llegar a Río de Janeiro 2016 hace falta “ganar siete partidos. Y nosotros apenas vencimos en dos. Además tenemos que salir indemnes del cruce”, dijo en relación al hipotético juego de semifinales a disputarse el viernes 11, ya que habrá que superarlo para meterse en la final y con ello asegurarse una de las dos plazas para los Juegos Olímpicos de Río. Luifa sigue dejando todo en la cancha y Argentina continúa soñando.
-ADN de Atletas-