El histórico triunfo del seleccionado nipón en el debut de la Copa del Mundo de Inglaterra nada menos que ante Sudáfrica, abre la puerta a ver cómo reaccionará el equipo de aquí en más. ¿Envión anímico o un desgaste irreparable?
Los triunfos que se transforman en sucesos históricos como el de Japón en la primera fecha de la Copa del Mundo, son tapas de los principales portales y diarios deportivos por la magnitud que representan ante rivales que son los dueños de la escena a nivel global, como fue el caso de Sudáfrica.
Escocia, que será el adversario de este miércoles de los nipones recibieron una alerta muy fuerte de los asiáticos, entrando en los libros de un mundial que promete sorpresas. El asunto, es no pagar caro aquellos grandes resultados obtenidos ante las potencias.
Es difícil pensar que Japón pueda mermar en su ánimo y en su juego tras el 34-32 ante los Springboks sobre la hora, yéndolo a buscar teniendo la chance de empatar con un penal, eligiendo el scrum en los metros finales y consiguiendo un try que le permitió el primer gran batacazo de la Copa del Mundo, que le significó el segundo triunfo de un total de 25 partidos disputados en todas las Copas del Mundo en las que jugó.
Con este panorama, cuando se pensaba que los sudafricanos iban a liderar con cierta comodidad la zona y que el resto, sumamos a Samoa y Estados Unidos, se iban a batir para ser segundos, ahora abre un abanico absolutamente distinto. ¿Puede sostener el rendimiento el elenco nipón? Realmente, la respuesta la tendremos en apenas algunas horas.
Da la sensación que ante semejante producción, todo lo que viene es para sacarle el jugo máximo y por qué no, ser uno de los dos equipos de la zona B en avanzar a cuartos de final, algo que nunca en la historia consiguió, a pesar de siempre haber dicho presente.
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